Más allá de los siete mares, existen unas dunas hechas de hebras de luz y esperanza. Cuando las sombras hieden e intentan oscurecerlo todo, los hay que jamás se postrarán... jamás retrocerán... jamás se rendirán.
Los hay también hechos de cobardía e iniquidad, de miseria y vacuidad.
Son éstos los que fabrican las masas... son éstos los que tratan de corromper y adocenar a los rebaños. Porque, por unas razones o por otras, hoy en día son inmensa mayoría los que se arrastran para ser tan solo un rebaño, una mera anécdota en una existencia que fue otorgada para hacer algo grande.
Sabedores de su condición cobarde y miserable tratan de uniformizar al resto para que sus repelentes reflejos sean los de todos.
Es el tiempo de los rebaños, es la dictadura de la mediocridad. Es tiempo de traición. ¿Por qué muriero tantos millones? ¿Por qué?
Ya no hay principios. Ya no existen los valores.
Tan solo unos cuantos jamás nos arrodillaremos. Defenderemos el Honor y la Justicia. Somos agradecidos a los que dieron sus vidas por nosotros.
Intentan convertirnos en lo que ellos son: simples estómagos andantes, huecos y dictadores de ideas sectarias y radicales por las que los verdugos se convierten en víctimas y viceversa.
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