Sunday, February 27, 2022

La Quinta Columna. Program 260. Fragmento de Carlos Castaneda.

 https://www.twitch.tv/videos/1305796454


Habla David Parcerisa, leyendo unos fragmentos de la obra El Lado activo del infinito de Carlos Castañeda.


David Parcerisa sobre los ovnis.

https://www.youtube.com/watch?v=G5TyhvSJtCU

El lado activo del infinito de Carlos Castañeda. Frases II

 -Si es cierto que los predadores nos comen, ¿cómo lo hacen?

Me explicó que los chamanes ven a los niños humanos como extrañas bolas luminosas de energía, cubiertas de arriba a abajo con una capa brillante, algo así como una cobertura plástica que se ajusta de forma ceñida sobre su capullo de energía. Dijo que esa capa brillante de conciencia era lo que los predadores consumían, y que cuando un ser humano llegaba a ser adulto, todo lo que quedaba de esa capa brillante de conciencia era una angosta franja que se elevaba desde el suelo hasta por encima de los dedos de los pies. Esa franja permitía al ser humano continuar vivo, pero sólo apenas. 

Oí a don Juan Matus explicando que, hasta donde él sabía, la humanidad era la única especie que tenía la capa brillante de conciencia por fuera del capullo luminoso. Por lo tanto, se volvió presa fácil para una conciencia de distinto orden, tal como la pesada conciecia del predador. 

Luego hizo el comentario más injuriante que había pronunciado hasta el momento. Dijo que esta angosta franja de conciencia era el epicentro donde el ser humano estaba atrapado sin remedio. Aprovechándose del único punto de conciencia que nos queda, los predadores crean llamaradas de conciencia que proceden a consumir de manera despiadada y predatorial. Nos otorgan problemas banales que fuerzan a esas llamaradas de conciencia a crecer, y de esa manera nos mantienen vivos para alimentarse con la llamarada energética de nuestras pseudo-preocupaciones. 

El lado activo del infinito de Carlos Castañeda. Frases.

 -¿Qué descubrieron, Don Juan?, pregunté.

-Descubrieron que tenemos un compañero de por vida, dijo de la manera más clara que pudo. Tenemos un predador que vino de las profundidades del cosmos y tomó control de nuestras vidas. Los seres humanos son sus prisioneros. El predador es nuestro amo y señor. Nos ha vuelto dóciles, indefensos. Si queremos protestar, suprime nuestras protestas. Si queremos actuar independientemente, nos ordena que no lo hagamos.

-Hay una negrura que nos rodea. Dijo Don Juan, pero si miras por el rabillo del ojo, verás todavía las fugaces sombras saltando a tu alrededor.

-Pero, ¿por qué este predador ha tomado posesión de la manera que usted describe? Pregunté. Debe de haber una explicación lógica. 

-Hay una explicación, replicó Don Juan, y es la explicación más simple del mundo. Tomaron posesión porque para ellos somos comida, y nos exprimen sin compasión porque para ellos somos su sustento. Así como nosotros criamos gallinas en gallineros, así también ellos nos crían en humaneros. Por lo tanto, siempre tienen comida a su alcance. 

-Los chamanes creen que los predadores nos han dado nuestro sistema de creencias, nuestras ideas acerca del bien y del mal, nuestras costumbres sociales. Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y expectativas, nuestros sueños de triunfo y fracaso. Nos otorgaron la codicia, la mezquindad y la cobardía. Es el predador el que nos hace complacientes, rutinarios y egomaniacos. 

-¿Pero de qué manera pueden hacer esto, don Juan? ¿Susurran todo esto en nuestros oídos mientras dormimos? 

-No, no lo hacen de esa manera. Para mantenernos obedientes y dóciles y débiles, los predadores se involucraron en una maniobra horrible. ¡Nos dieron su mente! Los predadores nos dieron su mente que se vuelve nuestra mente. La mente del predador es barroca, contradictoria, mórbida, llena de miedo a ser descubierta en cualquier momento.