Thursday, April 25, 2013

España, un país completamente corrupto. Libertad Digital


Lo más llamativo de los casos conocidos en los últimos años es que prácticamente todos las instituciones han estado implicadas, en menor o mayor medida.

Los Ayuntamientos

Alimentados por los años de la burbuja inmobiliaria, la lista de casos vinculados a ayuntamientos, relacionados en su mayoría con la corrupción urbanística, es inacabable. Quizás el más paradigmático sea el del saqueo de Marbella: el caso Malaya, todavía en los juzgados, se destapó en 2005 revelando una complejísima trama que llevó a la cárcela buena parte del ayuntamiento tras operaciones delictivas que conllevaron el blanqueo de más de 2.000 millones de euros. El juicio, que se celebra ahora, tiene como imagen más llamativa la de Isabel Pantoja en el banquillo, pero de vez en cuando trascienden otros detalles impactantes, como el del embargo a un exedil de un avión, un helicóptero y 41 fincas.
Otros escándalos recientes en torno a la actividad de los ayuntamientos son la Operación Mercurio en Sabadell, que tiene entre los imputados al alcalde del PSC por supuesta prevaricación, y la Operación Pokémon, en Santiago de Compostela y otras ciudades gallegas, sobre tráfico de influencias en los consistorios y que también ha supuesto la imputación de varios alcaldes.

Las comunidades autónomas

Cataluña y Andalucía, tras treinta años de gobiernos nacionalista y socialista respectivamente, son dos ejemplos de corrupción institucionalizada.
Convergencia y Unió, los dos partidos que han controlado el poder en las últimas décadas en Cataluña suman innumerables escándalos. Los primeros tienen la sede del partido embargada por el caso Palau, un nombre que supuestamente hace referencia a la trama encargada de cobrar las comisiones del 4% que han sido uso común en Cataluña durante años. Las investigaciones policiales han destapado la fortuna amasada por la familia Pujol, el expresidente y capo del nacionalismo, su esposa Marta Ferrusola y al menos cuatro de sus siete hijos, que tienen decenas de bienes y cuentas en diferentes paraísos fiscales. Los segundos, de Duran Lleida, acaban de reconocer, para irse de rositas en un pacto con la Fiscalía, que se financiaron ilegalmente en el conocido como caso Pallerols.
Si en Cataluña la corrupción está institucionalizada, en Andalucía el PSOE ha tejido una red de corruptelas, en la que destaca el saqueo de los ERE, que acorrala a los dirigentes del PSOE andaluz y muy en particular a su presidente, José Antonio Griñán, y consejero de Hacienda cuando se firmaban los contratos que se investigan relacionados con las ayudas al empleo y prejubilaciones supuestamente vinculadas a la órbita del partido. El fraude podría ascender a más de 1.000 millones de euros.
En Baleares, el caso Palma Arena llevó a Jaume Matas a convertirse en elcuarto presidente autonómico condenado por un tribunal en España; además, aún tiene otros juicios pendientes relacionados con delitos de corrupción. También en Baleares, la expresidenta del Parlamento autonómico, María Antonia Munar, fue condenada por malversación y prevaricación, entre otros.
La trama Gürtel, mientras, sentó en el banquillo al expresidente valenciano Francisco Camps en la conocida como causa de los trajes, aunque finalmente salió absuelto.

Los dos grandes partidos

El caso Bárcenas, con los sobres con dinero negro que supuestamente circulaban por las manos de altos cargos del PP, es una derivada más delcaso Gürtel, con ramificaciones en Valencia y Madrid. Hay imputados varios exparlamentarios y exalcaldes del partido, así como los cabecillas de la trama, que están en prisión acusados de sobornar a cargos públicos a cambio de contratos.
En el PSOE, a la larga lista de escándalos de la era felipista se unió en los últimos años el caso Campeón, que estudia una supuesta trama de fraude en la obtención de subvenciones públicas. Su principal imputado, el empresario Jorge Dorribo, inculpó a políticos de varios partidos, entre ellos el exministro de Fomento José Blanco, que vio cómo se iban al traste sus ambiciones políticas en Galicia.

La Policía

El escándalo más grave vinculado con la Policía ha sido, sin duda, el delchivatazo a ETA. Este caso se destapó después de que en 2006 un soplo desbaratara una operación policial contra el aparato de extorsión de la banda. Tras una accidentada investigación judicial, ya están oficialmente procesados dos mandos de la Policía, Enrique Pamiés y José María Ballesteros, aunque aún se desconoce si se les juzgará por colaboración con ETA.

El Banco de España

Un informe de técnicos del Banco de España diciendo que "miró hacia otro lado" ante las cuentas de las cajas terminó de confirmar las sospechas de dejación de funciones por parte del órgano que debía controlar a todas las entidades bancarias. La gestión de Miguel Ángel Fernández Ordóñez vuelve a estar en entredicho.

El Poder Judicial

Ni los jueces se han librado en estos años. El expresidente del CGPJ,Carlos Dívar, vio abruptamente terminada su trayectoria al frente del poder judicial y el Supremo tras serdenunciado por hacer viajes a Marbella, en fin de semana, con cargo a los gastos de la institución. Paradójicamente, los vocales del órgano que pedían transparencia se han negado después a desglosar ante los medios sus propios gastos.

La Corona

El caso Urdangarín ha hecho que la Corona también esté salpicada de lleno por un escándalo de corrupción del que aún se esperan revelaciones. El yerno del Rey, imputado por seis delitos, tuvo que declarar ante el juez junto a su socio en el Instituto Nóos, Diego Torres. El juez sospecha de ambos que percibieron fondos públicos a cambio de trabajos que no realizaron. El último capítulo del escándalo han sido los correos electrónicos difundidos por Torres en los que aparece Corinna, la amiga del Rey.

Viktor E. Frankl Quote.

 "Forces beyond your control can take away everything you possess except one thing, your freedom to choose how you will respond to the situation. You cannot control what happens to you in life, but you can control what you will feel and do about what happens to you"

Outsickness

“Homesickness is a feeling that many know and suffer from; I on the other hand feel a pain less known, and its name is “Outsickness.” When the snow melts, the stork arrives, and the first steamships race off, then I feel the painful travel unrest.”
Hans Christian Andersen, 1856 letter, quoted in Jens Andersen's 2005 biography.

Nostalgia del exilio, nostalgia del afuera.

"La nostalgia del hogar es un sentimiento del que muchos saben y se quejan; yo, por el contrario, sufro de un dolor menos conocido, y su nombre es nostalgia del afuera. Cuando la nieve se derrite, las cigüeñas llegan y los primeros barcos de vapor zarpan, me asalta la punzante comezón de partir". Hans Christian Andersen

Friday, April 19, 2013

Lo que lle conte al Parlamento aleman. Juan Ramón Rallo.


Hace unos diez días, una comisión de Hacienda del Parlamento alemán acudió a España para indagar acerca de la situación de nuestro país. Una de las diversas entrevistas la concertaron con un servidor en la sede del Instituto Juan de Mariana: eran seis personas, un representante de cada partido y el presidente de la comisión, que me inquirieron por cuál había sido el proceso que había conducido a que la economía española terminara hecha unos zorros.
Mi explicación, desarrollada en mi libro Una alternativa liberal para salir de la crisis, es bien sencilla: desde el año 2001, España ha padecido tres burbujas, la financiera, la productiva y la estatal. No se trata de tres burbujas que se hayan dado todas a la vez por simple casualidad o por fatalidades del destino, sino que cada una de ellas ha ido generando a la siguiente.
La burbuja financiera se originó por culpa de nuestro privilegiado sistema financiero, capaz de expandir y abaratar artificialmente su provisión de crédito merced a la asistencia continuada que le proporciona un monopolio público: el Banco Central Europeo. Los tipos de interés en la zona euro se desplomaron a mínimos históricos, lo que alimentó el sobreendeudamiento de familias y empresas españolas con cargo a la financiación de unos bancos españoles que, a su vez, vivían enchufados a la provisión de crédito de los bancos alemanes y franceses (que a su vez se nutrían de las facilidades de financiación del BCE). El siniestro resultado: en siete años, los pasivos financieros de nuestras familias y empresas se triplicaron.
Fue así, justamente, cómo se desató la burbuja productiva. El crédito barato comenzó a inundar la economía, especialmente por el coladero de la industria del ladrillo. Las hipotecas y los préstamos a promotores dispararon la actividad y el empleo en la construcción, lo que a su vez propulsó el consumo y la inversión (a crédito) en el resto de sectores. El PIB pasó a crecer con una fuerza jamás soñada e incluso nuestros políticos pronosticaban que en un par de añitos íbamos a estar a la vanguardia europea en materia de renta per cápita. La inflación, derivada de la artificial demanda crediticia, se dejó sentir con fuerza, especialmente en los activos inmobiliarios y bursátiles, pero también terminó trasladándose a los precios de nuestras mercancías y a sus costes salariales (que, en términos nominales, aumentaron prácticamente el doble que en el centro de Europa), en merma clara de nuestra competitividad (por mucho que entonces no lo notáramos tanto, debido a que el resto del mundo también vivía sumergido en la falsa prosperidad de la burbuja crediticia).
La infundada euforia del sector privado terminó, cómo no, trasladándose al sector público: entre 2001 y 2007, los ingresos de las Administraciones Públicas se expandieron en 175.000 millones de euros, lo que les permitió incrementar el gasto público en 150.000 millones de euros sin despeinarse e incluso alardeando de una inexistente austeridad; inexistente, claro, porque se gastaba a manos llenas con cargo a la participación impositiva en un insostenible sobreendeudamiento privado. En Grecia, dado que familias y empresas no se endeudaron con fuerza, el sector público tuvo que emitir grandes cantidades de pasivos para poder aumentar masivamente sus desembolsos; en España, nuestros mandatarios se ahorraron el emitir deuda porque el sector privado lo hacía en su lugar, limitándose ellos a rapiñar una porción de esos pasivos. Ahí tenemos, pues, la burbuja estatal, resultado de la financiera y la productiva.
La solución no aplicada
Obviamente, una vez pinchó la burbuja financiera (la era del crédito artificialmente barato y abundante) también lo hizo la productiva/inmobiliaria y, a su vez, la estatal. En 2008 tocaba, pues, proceder a sanear los destrozos derivados de estas tres burbujas: el hiperendeudamiento privado que, por la senda de los impagos, amenazaba con tumbar y descapitalizar a la banca española; un modelo productivo inane e incapaz de generar riqueza sin recurrir a pelotazos crediticios, y una estructura estatal sobredimensionada e infinanciable por un sector privado moribundo. ¿Cómo hacerlo? Desde luego, no agravando ninguno de los desequilibrios que debían solventarse.
La burbuja financiera debería haberse saneado no socializando las pérdidas hacia los contribuyentes, sino aplicando un bail-in sobre sus acreedores (incluyendo las cajas alemanas), esto es, trasladándoles las pérdidas a quienes sufragaron esta burbuja. La burbuja estatal debería haberse saneado con una reducción de 135.000 millones de euros anuales en el gasto público, y no por la vía de machacar a impuestos a unas familias y empresas que ya arrastraban (y siguen arrastrando) sus propios problemas. Y, por último, la burbuja productiva debió sanearse fomentando el ahorro, liberalizando la economía y, en suma, permitiendo que los empresarios invirtieran en un entorno jurídico y financiero estable para edificar nuevas industrias donde pudiesen obtener alta rentabilidad; y no con absurdos planes “de estímulo” dirigidos a colocar a unos miles de personas a “hacer cualquier cosa”. Como ven, PSOE y PP han hecho lo contrario de lo que debíamos: tocaba bajar impuestos, reducir gasto, eliminar el déficit, no socializar pérdidas y liberalizar la economía, y hemos subido impuestos, mantenido el gasto a niveles de la burbuja estatal, maquillado el déficit, socializado pérdidas y conservado el grueso de nuestros millares de regulaciones varias. Hemos perdido cinco años durante los cuales la situación de la economía real se ha deteriorado al tiempo que hemos acumulado mucha más deuda pública que cada día nos asfixia más. De ahí, por tanto, que no sea demasiado optimista acerca de nuestro futuro.
Resulta curioso que, de toda esta narrativa, el parlamentario socialista se sorprendiera, con razón, por el colosal aumento del gasto público entre 2001 y 2007 (a este respecto, les recordé que si lo hubiésemos congelado durante esas fechas, tal como hizo Alemania, hoy tendríamos equilibrio presupuestario) y que, a su vez, el representante de Los Verdes mostrara su oposición a que nuestros bancos españoles fueran rescatados con dinero de los contribuyentes cuando existía la razonable alternativa de un bail-insobre los acreedores privados (entre los que se encontraban sus cajas). Es decir, y por mucho que la corrección teutona no lo explicitara en tales términos, la izquierda alemana se extrañaba de que la “derecha” española fuera tan abiertamente antiliberal y anticapitalista como para subir los impuestos a niveles nórdicos en lugar de meter en vereda el gasto estatal o como para malversar el dinero de los contribuyentes reflotando a entidades quebradas cuando podrían haberse concentrado las pérdidas en sus acreedores.
Desconozco qué impresión conjunta se llevaron los parlamentarios germanos de sus distintas visitas a España. Sabido es que Cristóbal Montoro, ministro poco aficionado a la verdad, intentó venderles la burra pocos días después de que descubriéramos sus enjuagues con el déficit. Confío en que no mordieran el anzuelo: al menos, que no nos aplaudan desde fuera mientras nuestros politicastros nos conducen hacia el colapso.

Saturday, April 13, 2013

Las palabras de un lider, un ganador, despues de la rotura del tendon de aquiles. Kobey Bryant


"Semejante m... todo el entrenamiento y el sacrificio vuelan por la ventana con un paso que he dado ¡un millón de veces! La frustración es insoportable. El enfado se convierte en rabia. ¿Por qué demonios pasó esto? No tiene maldito sentido. ¿Ahora se supone que debo regresar de esto para ser el mismo jugador, o incluso mejor? ¿A los 35 años? ¿Cómo en el mundo se supone que puedo hacer eso?
No tengo NI IDEA. ¿Tengo un deseo lo bastante consistente como para superar esta cosa? Quizá debería sacar la mecedora y dedicarme a recordar la carrera que tuve. Quizá es así cómo termina mi libro, mi historia.Quizá el Padre Tiempo me ha derrotado. Pero, de nuevo... quizá no. Son las 3:30 de la mañana, siento el pie como un peso muerto, mi cabeza da vueltas por los calmantes de los médicos y estoy medio despierto. Perdonad que me desahogue de esta manera, pero ¿cuál sería el propósito de las redes sociales si lo que hicieran fuesen sacar fuera la Imagen No Real? Me siento bien desahogándome, sacándolo todo ahí fuera. Sintiendo que esto es lo PEOR que me ha pasado NUNCA. Porque después de tanto desahogo, viene la perspectiva real. Hay asuntos mucho más importantes o grandes en el mundo que un tendón de Aquiles desgarrado. Deja de sentir pena por ti mismo, rescata todo lo rescatable y ponte a trabajar con la misma voluntad, deseo y convicción que has hecho siempre. Un día comenzará el principio de una nueva jornada, una nueva carrera. Hoy NO es ese día.
'Si me ves pelear con un oso, reza por el oso'. Siempre he adorado esa frase. Es 'mentalidad mamba': nosotros no abandonamos, no buscamos refugio, no nos damos a la fuga. Resistimos, conquistamos. Sé que es un 'post' muy largo, pero estoy Desahogándome en Facebook, LOL. Puede que ahora duerma un poco y me pueda emocionar con que la operación de mañana sea el primer paso de un nuevo desafío. Intuyo que seré 'Coach Vino' (alias de Kobe en Twitter) durante el resto de la temporada. Tengo fe en mis compañeros. Saldrán adelante.
Gracias por todas vuestras oraciones y apoyo. Mucho Amor siempre.
Mamba Out".

Create a safety net for life's unexpected events

http://www.youtube.com/watch?v=QtNgkRXMCxM

Easy ways to save on everyday expenses

http://www.youtube.com/watch?v=I02SvLeUIzo

Steps to help you to get out of debt

http://www.youtube.com/watch?feature=trueview-instream&v=pbaHQ-5jzJw

Tuesday, April 9, 2013

La sombra de Zapatero. Emilio Campmany. Libertad Digital.


Que Zapatero condujera al PSOE hasta la sima en la que sigue hundiéndose no constituye una sorpresa si se valoran las cualidades intelectuales del personaje. Lo chocante es que los socialistas, una especie con un instinto de conservación tan aguzado, se dejaran dirigir por este flautista de Hamelín hasta el abismo.
Ahora, en el PP pasa algo parecido. Todo el prestigio que como partido de gobierno había adquirido está siendo liquidado por Rajoy sin que ningún militante de relieve haga pública la menor protesta. Es verdad que las elecciones generales todavía están lejos y que en la cúpula albergan la esperanza de que la recuperación económica les devuelva la confianza de sus electores. Sin embargo, los nubarrones son cada vez más negros. Ante todo, no está claro que para finales de 2015 la recuperación haya llegado, al menos con fuerza suficiente como para ser percibida como tal por los ciudadanos. En segundo lugar, el casoBárcenas en unión a la Gürtel ha embarrado Génova 13 con la mancha de partido corrupto y Rajoy es incapaz de hacer nada para lavarla. En último lugar, hay un montón de cosas del programa del PP que el Gobierno se niega a hacer a pesar de que no tienen nada que ver con las supuestas exigencias de la crisis económica (matrimonio homosexual, aborto, subvenciones a organizaciones de izquierda, despolitización de la Justicia, ilegalización de los partidos políticos de la ETA). Y sin embargo, como en su día ocurrió en el PSOE de Zapatero, en el PP nadie mueve un dedo para tratar de librarse de un líder mediocre que les conduce, lenta pero inexorablemente, al desastre.
Me dirán que Rajoy ha sido elegido para dirigir el país durante cuatro años y que sería antidemocrático privarle de la presidencia del Gobierno.Eso no es verdad. El grupo parlamentario del Partido Popular puede legalmente destituir al presidente cuando lo desee y elegir a quien tenga por conveniente. Ni siquiera es necesario que el elegido sea diputado. Y si puede hacerlo legalmente es porque es legítimo y democrático, a menos que reconozcamos que nuestro sistema no lo es porque permite al Congreso de los Diputados elegir a un presidente del Gobierno que no ha sido votado en las urnas.
La cuestión es que el país se va al garete y, lo mismo que el PSOE fue incapaz, no ya en interés de la nación, sino en el suyo propio, de deshacerse de Zapatero, el PP no hace nada por desembarazarse de Rajoy. Se limita a ver petrificado cómo el gallego, además de rematar la faena de Zapatero, destruye al mismo tiempo el partido. Sus prebostes confían en que tarde o temprano se obrará el milagro, las cosas se arreglarán por sí solas, a pesar de lo mucho que se hace por impedirlo, y el PP recuperará la confianza de los electores. Cuando los malos hacen el mal en perjuicio propio, sólo cabe una conclusión. No lo hacen porque sean malos, sino por ser tontos.

Monday, April 8, 2013

Sunday, April 7, 2013

Corea del Norte: un paraiso sin minusvalidos ni luz. Fuente El Pais


Un paraíso sin minusválidos ni luz

¿Cómo es la vida real de los norcoreanos? EL PAÍS ha buscado los testimonios de los pocos extranjeros que han residido en el país para retratar el día a día de los súbditos de Kim Jong-un

Ni los campos de castigo, ni la gran bomba yanqui. Hay una amenaza más directa para los habitantes de Pyongyang: el aburrimiento de los actos políticos. Lo descubrió el embajador británico John Everard cuando sirvió en el país. Siempre le preguntaba a los norcoreanos sobre qué hablaban los mítines y las sesiones de adoctrinamiento a las que debían acudir semanalmente. “No lo sé”, le contestaban, y él pensaba que era por discreción. Hasta que se dio cuenta de que no: de que al escuchar las letanías sobre las bondades del régimen, los norcoreanos desenchufaban y quedaban en estado catatónico, soñando despiertos con que ojalá hubiera un poco de carne para la cena.
Corea del Norte es un misterio. ¿Hasta qué punto aplauden sus habitantes el discurso de Kim Jong-un? ¿Puede ser que las presiones internas estén espoleando las bravuconadas bélicas contra Corea del Sur y EE UU? Difícil de contestar cuando ni siquiera se conocen los aspectos más banales de la vida en el país. Recientemente la agencia de noticias AP abrió la primera oficina internacional en Pyongyang y la comunidad internacional lo celebró como un paso hacia la transparencia, hasta que se reveló que los dos periodistas contratadoshabían sido elegidos de una lista propuesta por el régimen. Como vía alternativa de conocimiento quedan los refugiados huidos y los escasos occidentales que han vivido en el país, un colectivo poco parlanchín compuesto por miembros de embajadas, ONG y organismos internacionales conscientes de que violar la confidencialidad les crearía problemas. El embajador británico entre 2006 y 2008, John Everard, escribió sus experiencias en Only beautiful please (Shorenstein Asia-Pacific Research Center, 2012) tras dejar la carrera diplomática, y su editor —la Universidad de Stanford— no ha respondido a las peticiones de entrevista. La embajada española en Seúl, que se ocupa de cubrir Pyongyang, también ha declinado expresarse. Solo una fuente diplomática ha relatado sus experiencias en Pyongyang (tres millones de habitantes) a condición de no revelar ni siquiera su país de origen. Este diplomático describe una vida gris, hermética y jerarquizada. “Con todas sus limitaciones, Pyongyang es una especie de paraíso proletario. Vivir allí es un premio porque no hay hambrunas y tienes más oportunidades, así que al que deja de merecerlo le meten las cosas en un camión y se lo llevan al campo. Esa amenaza genera cierta paranoia agravada por detalles como el control de las visitas en casas. Una reunión de más de uno es una conspiración. En los sitios públicos se puede hablar, pero nada más”, explica. Su experiencia no fue especialmente entrañable. “Nada de tomarse una cerveza después del trabajo”, dice con fastidio. “No querían intimar”. El diplomático pide que no se especifique el año en que trabajó allí: “Tampoco importa. La rutina no cambia mucho ni en 3 años ni en 40”.
Hay una única cadena de televisión y emite solo media hora a la semana de información internacional
Everard no percibió que los norcoreanos tuvieran tantos problemas para hablar (una vez esquivado el control gubernamental), y opina que al final se acaba imponiendo sobre la tremenda timidez asiática la pasión por charlar y acumular cotilleos. Se podían establecer conversaciones de una relativa intimidad en las que abordar temas como la infidelidad conyugal o la conflictiva relación con los mayores que impone el confucianismo. Incluso le sorprendió hallar cierta candidez en sus interlocutores. Por ejemplo, al alertarles de que podía haber micrófonos cerca de su conversación, estos se reían y apuntaban que, siendo aquello Corea del Norte, seguro que estarían estropeados.
El embajador decidió recoger sus experiencias cansado de la alegría con que en el lado occidental se repetían los clichés sobre norcoreanos bajitos desfilando sumisos. Más precisamente, el embajador se fijó un enemigo: los analistas que por televisión acostumbraban a debatir sobre el lavado de cerebro norcoreano sin poner un pie en el país. Los peinados de los Kim son divertidos, de acuerdo; el culto a su persona estridente y las canciones que le dedican, de un patetismo cómico: nadie lo duda. Lo que Everard pide es no reducir a los norcoreanos a sujetos de una enorme broma. “Es un país real, donde vive gente real, cuyas vidas no giran alrededor de la política nuclear, sino de sus familias, sus colegas y las preocupaciones cotidianas”.
Trabajadoras en una fábrica de seda. /BOBBY YIP  (REUTERS )
El resultado es un relato revelador: en el país hay grandes diferencias sociales, y a los que no pertenecen a la casta superior les ofenden los bolsos caros que lucen las mujeres de los cuadros del partido o que los misteriosos coches de lujo bendecidos con la matrícula “2.16” (en referencia a la fecha de nacimiento de Kim Jong-il, 16-02-1941) puedan saltarse las señales de tráfico. Incluso los funcionarios de clase media con los que trata el embajador viven en pisos atestados en los que es necesario desayunar por turnos. Su dieta es mala, compuesta casi exclusivamente por arroz, y tienen una desmesurada afición por el tabaco y el alcohol. Everard detecta que la omnipresente propaganda ha perdido influencia y que los ciudadanos compran solo una parte de la misma. “No se creen que las montañas bailaran de alegría cuando nació Kim Il-sung, pero les parecía de mal gusto que les preguntara por esas cosas”, cuenta. Su obra está salpicada de consejos, como que no es muy divertido ir al karaoke, donde todas las canciones versan sobre los poderes del Gran Líder. También de anécdotas reveladoras; por ejemplo, cuando es invitado a sembrar arroz en una granja colectiva. “¿No les molestan las visitas?”, preguntó a un campesino. “Qué va: cuando vienen ustedes nos dejan sacar el tractor”, respondió.
La oscuridad derivada de la falta de combustible es lo primero que sorprende. Tanto que las viñetas del cómic Pyongyang (Astiberri, 2005), del canadiense Guy Delisle, se llenan de siluetas negras en cuanto cae el sol: fantasmas que andan por una ciudad en la que solo brillan como faros para ánimas las estatuas de los líderes de la revolución. Guy Delisle, que también ha rechazado hablar para este reportaje, describe carreteras de cuatro carriles sin coches y guías que se niegan a responder a sus preguntas (bastante impertinentes, por cierto) o que lo hacen de forma escalofriante. Por ejemplo, cuando le inquirió a su traductor por qué no se veían minusválidos en la capital, este respondió: “Porque todos los norcoreanos nacen fuertes, inteligentes y saludables”. El ex embajador británico asegura que escuchó otra explicación: los disminuidos son enviados fuera de la capital por motivos de imagen.
Es casi imposible darse una ducha caliente, incluso cuando la temperatura en invierno baja de los 20 grados
El caso del canadiense es particular. Llegó al país porque la empresa francesa de animación para la que trabajaba había deslocalizado la producción de sus dibujos animados. Delisle tiene la misión de supervisar la calidad, y no se le olvida el cinismo que representa que su empleador pague sueldos miserables a los norcoreanos por crear entretenimiento infantil. Sus apuntes sobre el mundo laboral son enriquecedores. Aunque el mercado es nominalmente libre y la gente puede cambiar de empleo, el canadiense refleja que cuando un dibujante era malo, desaparecía y lo sustituía uno venido de provincias. Los norcoreanos son trabajadores devotos, con ganas de que su país funcione. Eso no quita que la mayoría aspire a un trabajo en el comercio que les dé acceso a divisas y productos extranjeros. “No conocí a nadie cuya ambición fuera servir en la jerarquía del partido”, cuenta Everard. Trabajan seis días a la semana. El ocio no es una prioridad del régimen, pero los norcoreanos buscan huecos para divertirse, casi siempre en grupo mediante paseos comunitarios, bailes en la calle o juegos.
Una dictadura en viñetas. En estos extractos del cómic autobiográfico Pyongyang, el canadiense Guy Delisle muestra varios aspectos de la realidad norcoreana que le resultaron chocantes en los dos meses en los que vivió allí: el metro-búnker, los niños prodigio entrenados por el régimen, la escasez energética y el extremado pudor de las mujeres.
Y luego está el placer de charlar. La falta de información convierte el cotilleo en una actividad fundamental, lo cual explica el valor que dan los norcoreanos a tener amigos de total confianza, normalmente conocidos en la escuela. Aparte de ese esencial medio de comunicación, no hay Internet, cuentan con una única cadena de televisión y solo media hora a la semana de información internacional. Los norcoreanos no conocen nada sobre su Gobierno: ni el nombre de los ministerios, ni que los líderes tienen familia. Menos aún, el revuelo que se organizó cuando uno de los hijos de Kim Jong-il fue interceptado yendo a Disneyland. Aun así, las influencias se cuelan mediante teléfonos chinos o los DVD de telenovelas surcoreanas llegados de contrabando. Visionar una de estas fantasías opulentas implica prisión, pero las familias tapan las ventanas para poder verlas tranquilamente en casa.
La militarización de la vida es angustiosa en un país que técnicamente sigue en guerra desde 1953 y en el que el servicio militar dura 10 años. Que el suburbano esté sepultado a 90 metros para servir de refugio nuclear no transmite confianza. Los trayectos en escaleras mecánicas son tan largos que a menudo los viajeros se sientan en los escalones a leer. En cualquier caso, a trabajar hay que ir con tiempo por si hay cortes de energía en el transporte.
Porque tener problemas en el trabajo no es aconsejable. “El racionamiento de la comida es otra forma de control”, explica la fuente diplomática anónima. “Al obrero le dan un sueldo bajo y lo completan con alimentos que garantiza cada centro de trabajo. Así que si no trabajas en algo aprobado por el Estado, no comes”. Los grandes almacenes, con pocos productos y muy anticuados, han encontrado la competencia del mercado negro: “El Estado no puede proveer, y cada vez más necesidades se satisfacen fuera”. Estas transacciones privadas han dado lugar en los últimos años a pequeños actos de desobediencia civil, como mercadillos ilegales de alimentos y productos venidos de China que la policía disuelve y se vuelven a formar a unos cuantos metros, igual que los top manta en España.
Más detalles sobre la escasez. Casi nadie tiene ducha en casa. ¿Quiere decir eso que no son demasiado aficionados a la experiencia? Probablemente, y no se les puede culpar después de saber que en el país es imposible darse una ducha caliente, incluso cuando la temperatura en invierno llega hasta los 20 grados bajo cero.
La escasez de información lleva a recurrir a fuentes tan improbables como el documental holandés Corea del Norte: Un día en la vida (Pieter Fleury, 2004), producido por el Ministerio de Cultura de Corea del Norte. Lo que se supone que debía de ser un glorioso retrato de la rutina revolucionaria resulta más bien inquietante. Por ejemplo, las fanfarrias que reciben a unas trabajadoras al llegar a su fábrica textil, en cuya puerta una voluntaria les arenga: “Aquí sois las protagonistas de la lucha. Esta mañana de nuevo marcháis hacia el campo de batalla de vuestro destino”. Durante todo el día coserán abrigos entre música patriótica y concursos para elegir a la obrera más hacendosa.
Otro recurso valioso es la obra de Barbara Demick, Querido Líder: vida cotidiana en Corea del Norte (Turner, 2011). La periodista de Los Angeles Times fue corresponsal en Seúl y, gracias a los testimonios de huidos por la frontera china, reconstruyó la vida en la vecina del Norte. Los testimonios de seis oriundos de la tercera ciudad de Corea del Norte, Chonghin, ofrecen una imagen contundente de las privaciones en unas provincias casi feudales: operaciones sin anestesia, niños que durante la hambruna de los noventa pasaban días sin comer... Los lamentos de Mi-ran para que su madre le compre papel con que responder a las cartas de amor de su novio emocionarían a una estatua de bronce de Kim Jong-il.
La principal sensación que se rescata del libro vuelve a ser la de la oscuridad, mental y física. En arranques poéticos, los refugiados recuerdan lo tranquilo y natural que resulta su país frente a la masificada Seúl, y evocan el cielo más limpio de Asia, sin un ápice de contaminación lumínica. Esta imagen lírica sabría retorcerla el exsecretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld, que en sus comparecencias de prensa disfrutaba enseñando una foto por satélite de las dos Coreas de noche: la del Sur se veía próspera e iluminada; la del Norte era una mancha negra que se fundía con el mar. Bajo esta gráfica jaculatoria del capitalismo, se puede imaginar a los norcoreanos en sus casas, en silencio y con los ojos abiertos, a la espera de que llegue el sueño, sin poder leer ni encender una bombilla.