Monday, December 29, 2008

Terciopelos en la brisa

Es tan solo la redención de tus quimeras la que te muestra los guiños de un camino tan extraordinario... es la senda hacia la otra orilla, el fausto homenaje a las mismísimas entrañas de una existencia eterna...
Ahora que por fin sabes las respuestas a la pregunta, y cuando no hay traidores condicionales que te alejan del viento, emprendes la Odisea hacia esas fragancias llamadas Esperanza.
Sabes muchas cosas pero por ello, comprendes que no sabes nada... que los hilos de la existencia son finos... demasiado finos como para aletargamientos en funciones aburridas... en finales demasiado previsibles... en caducas ostentaciones... en materiales sirenas...
La función continúa pero no contigo... siempre atento a la extraordinaria belleza del amanecer... postrado ante quien tanto sufre y nunca levanta la voz... abrazando a aquéllos anónimos mendigos, salvadores de todos nosotros... de todos y cada uno de nosotros... llorando sin cesar, -¿no es acaso la caricia de la lágrima la más pura de las danzas del alma?
Tú hace mucho que no estás en hornamentos y parafernalias... en suntuosidades y bagatelas... en populares dádivas y cotidianas oquedades...
Elegiste otras sendas, otros lagos... diferentes terciopelos... genuinos despertares...
El ahora es el pulso de tu ciclo, la estirpe del aliento, la quietud del después...
Y das gracias, por cada instante, por cada precioso silencio entre el rumor de unas olas tan hermosas... Das gracias y continúas en pos de lo nunca visto, de lo jamás contemplado... de lo que hizo posible las estrellas y los mismísimos cielos... Persiguiendo tormentas de Verdad... sirviendo al Tiempo pues Tiempo es lo único que tenemos... soñando de la mano de unas ilusiones que convierten este regalo llamado Vida en el verdadero fundamento de todas las existencias ya otorgadas...
Está casi anocheciendo... pero allí donde habitas hay un perenne y maravilloso azul en los cielos. Algunos ven nubes y noches e incluso a veces, huracanes y tempestades... Pero son simplemente los embrujos para quien eligió no ver con los ojos cerrados... para quien jamás besó la belleza del adiós... quién renegó de la paz del ayer...
Y te unes con las brisas y las rosas, también con los olvidados y con quienes al final de cada embriagada ensoñación, retan a los deseos...
Y sabes, que eso... dondequiera que estés... adondequiera que vayas... jamás se desvanecerá... en la forma de un pétalo, de una hoja... del canto de un pájaro o quizás del dolor de una pérdida.

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