Wednesday, October 17, 2018

Anso: sus montes y su ganadería de Jorge Puyó Navarro. Frases IV

-Al amparo de esto, lleva fama este pueblo (Ansó) de rico y no lo es, aunque podría serlo. Como Municipio, pues, no tiene nada de eso, aunque parezca algo paradójicol. Lo único que tiene de bueno es que, a pesar de estar lejos de las urbes, no tiene ningún analfabeto. Claro que tiene un Grupo Escolar, ya medio anciano, del que fue alma D. Manuel de la Riva, donde dan enseñanza tres maestros y dos maestras. A esto, hoy como ayer, se debe todo.
-Su forma de vida es algo rutinaria, empírica: por lo innato, o por la falta de espíritu emprendedor, y aunque alguien, como Balmes, recomendara que no conviene ir por camino trillado, no sable salir del trazado por sus venerables viejos: pastores y siempre pastores.
-En la vida social, su temperamento particular no le permite enseñarse de momento. Tiene algo de espíritu observador y cuando ve llegada la hora, se acerca o se asoma, pero no para ofrecer lo que no siente, sino para darlo sin reservas, con la franqueza baturra de que está caracterizado. Este es Ansó: algo hosco y retraído hasta conocer, pero franco y acogedor después.
-Se halla la población ansotana situada en la margen izquierda del río Veral, el que ofrece fina brisa mañanera, impregnada de oxígeno salutífero que despiden los bosques del puerto. Su recorrido, es grande; su curso accidentado; sus aguas, cristalinas y espumosas, y su longitud, desde el Estrecho de Linza, en que nace, hasta el Aragón, en que desemboca, de 60 kilómetros.
-A unos diez kilómetros de su fuente original tenemos el Cuartel de Carabineros, que sirve de puerto de entrada al Valle de Zuriza. De este Zuriza, donde está hecha esta pobreza en una magnífica mañana de Julio, de paisaje incomparable, con su rincón de trovadores, ambiente terapeútico, todo salud corporal y riqueza espiritual, sosiego, tranquilidad, vida.
-Los bosques de que está ornamentada esta vasta zona de nuestro Valle, son enormes, y sus árboles, magníficos pinos, abetos y hayas, tienen un valor forestal de gran estimación. Pobladores terrestres de estos lugares silenciosos son el jabalí, el corzo, el sarrio, la fuina, y el zorro. Y aéreos, los volátiles como el picatroncos, el gayo, la graja, en enormes bandadas, que en sus revoloteos nublan el sol; la paloma torcaz, el milano, el buitre, la boleta y el águila imperial.
-Su flora es abundante y variadísima: sólo un buen botánico podría describirla. Ni que decir tiene que encierra importantes valores terapeúticos. Nuestro Zuriza es desconocido por la mayor parte de turistas que quieren saber de naturaleza bella, florida y sana. Sólo la Universidad de Zaragoza de verano en Jaca lo visita anualmente el día de Santiago, pero el escaso tiempo de que dispone no le permite pasar del portal. Desconoce, pues, el templo, que es el Estrecho de Linza, con sus recodos de Gamueta y Maz.
-El crítico y fotógrafo, el poeta y el filósofo, el artista y el pensador, tienen, pues, en nuestro Zuriza, el incomparable y acogedor pasto abundante para sus legítimas ambiciones. Que no dejen de visitarlo en su época adecuada (Junio y Julio), en que la Naturaleza viste  en estas soledades sus mejores galas de primavera, enseñando su florido ropaje, y verán como quedarán de él plenamente satisfechos y ricamente enamorados.

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