Friday, July 31, 2009

Palabras gruesas. Luis del Pino. Libertad Digital

Lo siento, pero por muchas palabras gruesas que utilicen los políticos, no puedo dirigir mi ira contra los asesinos. Porque dirigiéndola contra ellos no soluciono nada. Por mucho que yo les insultara, por mucho que les odiase, por mucho que manifestara mi desprecio hacia ETA, no ayudaría en nada a acabar con esa banda de pistoleros a sueldo.

Todo lo contrario. Porque, al dirigir hacia ellos mi ira, estaría malgastando el caudal de mi indignación, en lugar de aprovecharlo para hacer algo verdaderamente útil, algo que contribuya realmente a que los asesinos desaparezcan.

Y no quiero contribuir, malgastando mi indignación, a que ETA siga existiendo. Quiero guardar el máximo posible de esa indignación para dirigirla contra quien verdaderamente la merece. Para dirigirla contra quienes permiten que los asesinos sigan existiendo. Para canalizarla hacia quienes, pudiendo terminar con ETA, se dedican a ofrecerla una y otra vez balones de oxígeno.

ETA estaba muerta hace cinco años. ¿Contra quién hay que dirigir entonces la indignación? ¿Contra ETA? ¿O contra los políticos que la han revivido porque convenía a sus fines electorales?

ETA estaba asfixiada económicamente hace cinco años. ¿Contra quién hay que dirigir entonces la indignación? ¿Contra ETA? ¿O contra aquéllos que la han permitido volver a los ayuntamientos para rellenar sus arcas?

ETA estaba aislada internacionalmente hace cinco años. ¿Contra quién hay que dirigir entonces la indignación? ¿Contra ETA? ¿O contra quiénes la llevaron de la mano al Parlamento europeo, para legitimarla como interlocutora?

Puede que la sociedad española tenga memoria de pez. Yo no la tengo. Y recuerdo las palabras que escribieron en su día, para defender la negociación con ETA, los mismos medios de comunicación que ahora nos piden que nos indignemos con ETA, los mismos medios que ahora le dedican a ETA contundentes editoriales, tan falsos y tan huecos como los que en su día escribieron para justificar lo injustificable.

Por eso, porque no olvido, no puedo evitar revolverme cuando veo a los políticos recurrir a las palabras gruesas para justificar su inacción, recurrir a los insultos para que desperdiciemos con ETA esa indignación que nos produce que ETA vuelva a matar.

"Los terroristas son mierda", dice Basagoiti. Pero entonces, ¿qué es lo que son los miembros de ese Parlamento que aún no ha derogado la autorización parlamentaria para negociar con ellos? ¿Podríamos llamar a los señores diputados "los que autorizan a negociar con la mierda"?

"Son viles asesinos", afirma Zapatero. ¿Quiere eso decir que a Zapatero podríamos llamarle "el que financia a viles asesinos a través de los ayuntamientos"?

Guárdense sus palabras gruesas, señores políticos. Mientras siga vigente la autorización parlamentaria para negociar con ETA, mientras sigan los terroristas gobernando en 40 ayuntamientos, mientras algunas ikastolas continúen siendo vivero de descerebrados, mientras los no nacionalistas sigan teniendo que vivir acogotados en buena parte de España y mientras ustedes no hagan nada al respecto, no es contra ETA contra quienes tenemos que dirigir nuestra indignación. Porque eso no sirve de nada. Contra quien tenemos que dirigirla es contra ustedes, a ver si de ese modo empiezan a cumplir con su deber de gobernar y legislar para acabar con ETA.

¡ETA fuera de las instituciones, ya!

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