-No te ensalces a ti mismo.
-Endereza tu corazón y mantente firme, en tiempo de infortunio, no te inquietes.
-Todo cuanto te sobrevenga, acéptalo y en los reveses de la prueba, sé paciente.
-El que honra al padre, repara su pecado.
-Hijo, ayuda a tu padre en su vejez, y no le des disgustos durante su vida.
Si llega a perder la razón, sé indulgente con él, no le afrentes tú, que están en pleno vigor.
-Cuanto más grande seas, más de has de abajar.
-La sabiduría desea un oído atento.
-Arranca al oprimido de mano del opresor, no te acobardes al hacer justicia.
-Hay una vergüenza que conduce al pecado y hay otra que es gloria y favor.
-No dejes de hablar cuando sea necesario.
-No te sometas al estúpido, ni guardes miramientos con el poderoso.
-No seas como león en tu casa, ni altanero con tus criados.
-Sé pronto para oír, y lento en tu respuesta.
-No te entregues a los caprichos de la pasión.
-Que sean muchos tus amigos, pero uno entre mil tu consejero.
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