Pequeño pajarillo

Son esas nubes las que marchitan el calado de tus ensoñaciones... aquéllos los himnos de tus hallazgos... ésos otros los remolinos de una nostalgia ya superada...
No es más que el viento de la sencillez quien llega como inesperada visita.
Es un viaje, una aventura... una odisea... una caricia... la conquista de tu mundo... de tu ser...
Apagadas las luces de tu esplendor, quedan aquéllas que jamás dejarán de brillar... por más que la ficción del tiempo intente quebrar la eterna majestuosidad del omnipresente arco iris...
A veces es difícil descifrar los vestigios de un camino que no si es sino sucesión... continuación... prolongación de la grandeza del Horizonte... porque para saborear los tentáculos de la paz, hay que caminar siempre hacia adelante... sin mirar atrás... porque lo que eres, la calidad de ese aura que te acompaña pertenece a lo que hiciste, al valor de una palabra supeditada tan solo al ejército de tus principios... de tus valores...
Llegarán atisbos de desesperación... en forma de laberintos sin salida, de grisacéos cielos que parecerán durar para siempre... pero está en tu esencia... está en tus mismísimas entrañas: supiste observar... supiste contemplar la verdad de la utopía, la anónima presencia de las estrellas... el contumaz aliento de los tuyos...
Pequeño pajarillo... continúa flotando... sigue siempre en búsqueda de la sombra... porque ésta no es sino la consecuencia de la luz...
Pequeño pajarillo, pronto será tu momento... no tengas miedo... lo peor ya pasó... y con ello, por ello... tan solo nos queda abrazar las ascuas de una travesía con sabor a grandeza... esa misma que todos llevamos dentro... esperando a ser descubierta...