Wednesday, September 5, 2018

Notas de la vida de un pastor de Jorge Puyó Navarro. Frases X

-La Naturaleza, sobre todo en verano, en estas latitudes siempre es primavera, porque las flores no se acaban, ofrece cosas al individuo que el pueblo o la ciudad le niegan. Ese barullo callejero, el constante movimiento de coches con sus ruidos estridentes, el ininterrumpido entrar y salir en los bares de aires malsanos, distraen al hombre más de la cuenta, lo apartan de sus quehaceres y acaban por atrofiarlo.
Nada parecido podemos decir del monte, cuando frente a esos inconvenientes nos da ocasión, en el silencio de su propio seno y la pureza de sus aires, para pensar en el bien y repudiar el mal; para compadecernos del pobre y nunca envidiar al rico; para alegrarnos de las buenas acciones, en lugar de entristecernos; para ver con satisfacción los triunfos de los hombres estudiosos; para portarnos, tanto en las fortunas como en las adversidades, al igual que dijo Séneca, "como hombres". Todo esto le debe el ciudadano, el amante del turismo, a la Naturaleza. Además, ésta se ofrece mucho a la meditación e invita al estudio. El trabajo en la misma siempre es provechoso, porque se hace con gusto. Todo lo contrario resulta en el pueblo, cuando le distrae el amigo, la tertulia, el mentidero...
-Elogiemos, pues, a la Naturaleza, fomentando sus virtudes y ventajas en provecho de la humanidad, y hagamos la propaganda debida a fin de que el ciudadano se desperece un poco más y abandone su casa una vez al año, siquiera por unos días, para que disfrute de las grandezas que la misma o todos por igual ofrece.
-Entre tanto y mientras esto escribo en una deliciosa mañana de verano, observo con verdadera satisfacción cómo pasta mi rebaño en estas extensas y floridas praderas en declive, subiendo tras de mi en forma de abanico hacia los dos mil y pico de altura, comiendo a "bocallena" en dirección al "acaloradero", empujado por el sol, para echar la siesta hasta las cuatro de la tarde. Ni un balido; ni el simple sonido de una sola esquila; todo silencio. ¡Qué bien duermen!
-En lo humano, se dice que no es conveniente comer mucho antes de la siesta, o de acostarse por la noche, porque no se descansa bien. Aquí sucede todo lo contrario: cuanto más hartas están las ovejas, mejor duermen y más rato descansan. ¡Qué gusto da, pues, hablar de esto, contemplando la tranquilidad y sosiego del ganado cuando está con la panza llena!... Más, mucho más que pensar en lo que sucede en Túnez en estos momentos y del contenido de la carta de Bulganin, dirigida a su colega inglés.

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